El sistema de facturación en papel sobrevive en pocos países de Latinoamérica actualmente, algunos trabajan de modo antiguo como Panamá y República Dominicana, y otros como Perú y Colombia apenas están implementando la versión digital de la misma en sus operaciones.
Contrariamente, otros países como México se posicionan, resaltando entre los más actualizados en el tema de la CFDI, pero esto tiene sus razones, evidentemente la economía del país entre los años 90 y 2000 trajo demasiados cambios para la sociedad mexicana, entre estos el uso de la factura electrónica.
Luego del debacle económico durante el gobierno de José López Portillo, los empresarios mexicanos tuvieron que idear diversas estrategias para reducir gastos y seguir ofreciendo al usuario servicios de calidad, priorizando el uso del aliado popular para ese momento “el internet” ya que lograban así llegar a más rincones, abaratando notablemente los costos, por lo cual se considera la creación del Comité de Factura Electrónica & AMECE.
1997:
A las empresas asociadas en la AMECE, hoy conocidas como AMECE-GS1 México, se les ocurre la valiosa contribución de crear el llamado “comité de factura electrónica”, trayendo consigo un plan piloto de la versión final que hoy conocemos; ellos desarrollaron modelos de software, diseño y un marco jurídico de prueba, que en mayo del 2004 es aprobado con el nombre de “factura electrónica”, el cual es un medio digital para corroborar pagos y servicios, con un emisor, un receptor, IVA, datos para su validez, entre otros detalles, tal cual como una factura típica. Dichos avances fueron recibidos de manera positiva por el comercio mexicano, a tal punto, que en poco tiempo, este método logra posicionarse, estableciendo a México como el 2do país en implementar el uso digital de comprobantes de pago en América Latina.
2005:
Según el Servicio de Administración Tributaria -SAT- ya se emitían un aproximado de 236 receptores de la facturación digital, arrojando así un total de 13509 operaciones en el primer año, lo cual permitió la autorización de la factura electrónica en México por medio de empresas gestoras.
2009:
La federación oficial establece ciertos cambios, entre los más resaltantes: el uso de comprobantes fiscales por el mediano empresario, permisología para emitir comprobantes sin necesidad de un proveedor, creación del CFDI desde internet, y la creación de un PAC o Proveedor Autorizado de Certificación para completar el proceso de generación de comprobantes de facturas digitales.
2011:
En pro de estandarizar el proceso, respecto al uso de la facturación digital en México el ente oficial exige que más contribuyentes se unan,resultando ganadores al premio de la innovación de la administración tributaria para ese año.
2012:
Se le distingue a esta nación como el líder en facturación electrónica, por lo cual se introduce más y más el uso y facilidades -talleres, inducción, etc- de servicios operativos para que los empresarios se sumen al uso de la misma.
2014:
Las facturas de papel son parte de la historia, y todo contribuyente que logre recaudar más de $250,000 ingresos al año deberá emitir la factura electrónica en México.
2016:
Se realizan modificaciones de la factura digital, se establecen cambios a nivel estructural, reglas de cálculo, e inclusive nuevas normativas para la validación, esto con el fin de evitar errores en el ingreso de datos.
2017:
Los mexicanos cuentan con un nuevo complemento de nómina, y deberán a partir del mes de julio poner en uso la versión 3.3 del CFDI, la cual elimina algunos datos de la factura digital, entre los más relevantes están: el domicilio fiscal del emisor, lugar de expedición por parte del emisor, domicilio del receptor, información aduanera, los cuales tienen como plazo máximo según el SAT hasta el 1 de diciembre de este año para ser guardados bajo los nuevos estándares.
Como es notorio, largos son los recorridos que ha conllevado la modernización del sistema tributario en México, dejando como resultado, un país que ha progresado colaborando con el medio ambiente, diciéndole adiós al papel, y apresurándose al desarrollo de tecnologías aplicables a la facturación digital. Crecer no es fácil, pero hacer uso de la tecnología simplifica la vida y las tareas diarias de los emprendedores, lo cual es tiempo para generar ideas, ingresos, y progreso.
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